Baguer Strike 1.5B

Aunque colmóse ya la cruenta batalla que involucraba, por lo menos, a un 70% del salón, la guerra aún no acaba.
Los bandos, que hasta hace un bimestre reunían 8 ó 9 personas cada uno, y que se posicionaban uno al lado de la pizarra (sangriento escenario en que la gente se atrincheraba con carpetas, y en donde Jehyson se abrió parte del antebrazo al saltar torpemente y caer sobre el filo de la pizarra), y otro bajo el ventilador (glorioso lugar en donde Gustavo, al ser empujado brutalmente por Harold, cayó con carpeta y todo al piso) han sido reducidos a sólo 2 integrantes por grupo: Popi y Lamas, Piero y la Rata.

Es menester recordar que "mamá Melanie"- meritorio apodo que obtuvo por su draconiano carácter y sus férreos gritos- nos dejó, aunque con golpe y carajeadas, una lección: no involucrar a los demás en el juego (o sea, no tirarle lapiceros a otros); y ésta ha sido acatada con la mayor solemnidad posible.

Muchos desertaron, es verdad; muchos perdieron el furor y la adrenalina que produce este bélico deporte llamado Baguer Strike (Bagua al más fiel estilo de Counter Strike). Pero los pocos que quedaron siguen manteniendo - e infringiendo las normas- con orgullo y tenacidad.

No es grato para todos, se sabe; pero es de esas experiencias colegiales causadas por el aburrimiento, esas experiencias que causan dolor y risa- y tirria de los demás-, que forman parte de los recuerdos que en el futuro nos harán sonreír: todos esos actos inmaduros que tanto gozamos en su tiempo.

Esas cosas tan pequeñas causadas por cada lanzamiento de lapicero son únicas. Cada reacción, cada dolor, cada celebración por dar en la cabeza o en la cara, cada esquivada, cada pirueta que se hace para evitar el golpe, cada rebote cómico que da un lápiz o crayola antes de caer súbitamente en la cara de alguien, cada risa.

Escribo esto un poco nostálgico porque hoy ví cómo escribian en la pizarra 4to Bimestre, el tiempo ha pasado muy rápido y no hay vuelta atrás; cada día es el último.
Escribo esto porque me arde la nariz ya que Popi afiló su lápiz especialmente para tirarmelo y hacerme sangrar la nariz.
Escribo esto porque es de las cosas que ahora parecen insignificantes pero que luego constituyen parte de los recuerdos con los que reíremos en cada reencuentro, y con los que suspiraremos con el pasar del tiempo porque nunca más volverán.
Escribo esto por computadora porque ya no tengo lapiceros porque todos los he tirado.



Mancha provocada por un plúmon azul que tiré. Aún no se sabe cómo mancho su lengua. Al parecer, este muchacho con CAREWEna gente andaba durmiendo con la lengua afuera. En fin, gases del orificio; perdón, gajes del oficio.

PIERO.